• Los humedales constituyen ecosistemas donde el agua desempeña un papel central en la regulación del entorno y la vida vegetal y animal asociada. Esta amplia definición abarca desde ecosistemas de agua dulce hasta marinos y costeros, como lagos, ríos, acuíferos subterráneos, pantanos, marismas, pastizales húmedos, turberas, oasis, estuarios, deltas, manglares, áreas costeras, arrecifes de coral, así como entornos creados por el ser humano, como estanques de peces, arrozales, embalses y salinas.
• Estos ecosistemas ocupan solo alrededor del 6% de la superficie terrestre; sin embargo, albergan el hábitat del 40% de todas las especies de plantas y animales, lo que los convierte en ecosistemas de alta importancia para la conservación.
• La diversidad biológica de los humedales es fundamental para la salud humana, el suministro de alimentos, el transporte y actividades económicas generadoras de empleo, como la pesca y el turismo. Estos ecosistemas desempeñan un papel vital en la regulación del agua, incluyendo la gestión de inundaciones y la purificación del agua, contribuyendo así a la estabilidad climática.
Los humedales son esenciales para la salud humana y el bienestar económico. Además de ser fuente clave de alimentos, actúan como filtros naturales purificando el agua. Estos ecosistemas impulsan industrias como la pesca y el turismo, generando empleo local. También desempeñan un papel crucial en la estabilidad climática, protegiendo contra inundaciones y brindando resiliencia ante eventos climáticos extremos.
• Más de mil millones de personas, lo que equivale a una octava parte de la población terrestre, dependen directamente de los humedales, ya sea en zonas rurales o urbanas, para su subsistencia.